sábado, 17 de marzo de 2018

La silla que no era una silla

En las siguientes dos imágenes se pueden observar un asiento artesanal de producción propia, con tan solo dos pulgadas de ancho y cuatro de alto, el cuál está fabricado con palillos de dientes, silicona y pintura acrílica verde. El trabajo ha sido un tanto arduo y por ello nos arrodillamos ante los verdaderos artesanos que trabajan día y noche para ganar su pan. 

La cuestión es la siguente:
Cuando nos imaginamos hacer una silla, nuestra idea era diferente a esta,  aún así, nuestro minimodelo tiene la esencia de una silla porque las ideas son universales, eternas e invariables y solo podemos conocerlas por el pensamiento; pero a la hora de representar la silla en el mundo sensible, sale imperfecta de alguna manera, porque aunque haya puesto que mide dos pulgadas de ancho, no lo mide exactamente porque es imperfecto.
Como hemos escrito anteriormente, las ideas solo se pueden conocer  por el pensamiento, entonces no es extraño que los filósofos sean los que mejores ideas tienen, ya que se han pasado toda su vida pensado. Al igual que un artesano hace una mejores sillas que nosotros, los filósofos tienen mejores ideas que nosotros, porque les dedican más tiempo, por eso debemos tener más tiempo para pensar, para tener ideas más sobresalientes.

Trabajo realizado por José Moreno y Emanuel Martínez.

1 comentario:

  1. El concepto sobre el que construyes tu peculiar obra es uno de los más trivializados e incomprendidos de la Historia de la Filosofía. Tú no eres, en esta ocasión, ajeno a esa popular lectura de Platón. La Idea es lo anterior en la realidad (vivida, sentida...) y lo anterior en el saber. Es el reino de lo siempre-ya-puesto-en-las-cosas-de-antemano. La idea es Ser y concepto. No se puede tocar, ni beber, ni oler, ni meter en la cabeza. La idea está justo allí donde yo no estoy: en el pensamiento que no es de nadie en particular, es decir, en el discurso científico. El Ser solo puede ser pensado y solo puede pensarse el ser

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